Experimento 2015

Espacios informales de aprendizaje

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Actualizaciones del experimento
Provocación

Una ciudad lúdica es una ciudad que aprende y enseña. ¿Qué implicaciones tendría para los niños y niñas de la CDMX la inserción de una metodología lúdica aplicada a espacios urbanos no convencionales?

Las habilidades del siglo XXI —resolución de problemas, pensamiento crítico y comunicación, trabajo en equipo y adaptabilidad— son aquellas que necesitarán las futuras generaciones para hacer frente a entornos de vida y trabajo cada vez más complejos.

Si la manera más natural de desarrollarlas es jugando, ¿es posible potenciar su desarrollo y apropiación, a través de una metodología lúdica inserta en entornos de aprendizaje informal, transformando el entorno urbano en una plataforma para la obtención de habilidades?

Historia

Los niños [1][1] A lo largo del texto, 'niños' incluirá a niños, niñas y niñez. forman parte fundamental de las poblaciones urbanas, y son las nuevas generaciones quienes se enfrentarán al crecimiento urbano exponencial.

Sin embargo, es muy común que al pensar en la niñez como la ciudadanía del futuro, se pierdan de vista las numerosas posibilidades para aprender de ellos, así como la oportunidad de fomentar su desarrollo como ciudadanos comprometidos desde una edad temprana, y prepararlos para las demandas de la ciudad futura contemporánea.

En su libro publicado en 1978, The Child in the City (El niño en la ciudad), Colin Ward examina la marginación de la esfera pública de niños, y argumenta a favor de la inclusión de sus necesidades en la planeación de la ciudad, así como de su participación en este proceso. Ward explora la creatividad de los niños y cómo pueden hacer que la ciudad funcione de otra manera, apelando a la importancia del juego y la imaginación.

Estos textos, junto con otros varios autores [2][2] Children and their Urban Environment: Changing Worlds, Claire Freeman y Paul Tranter, 2011; Growing up in Cities, Kevin Lynch, 1977; Children’s Experience of Place: A Developmental Study, Roger Hart, 1979, Childhood’s Domain: Play and Place in Child Development, Robin Moore, 1986; y Play for a change, Stuart Lester y Wendy Russell, 2008. han impulsado —desde finales de la década de los setentas— el interés por la relación y sinergia entre niñez, ciudad, aprendizaje y juego.

En 2015, a través de una colaboración con la Asociación Mundial de las Grandes Metrópolis, el Laboratorio para la Ciudad comenzó a explorar el rol del juego como un componente urbano primordial pero analizado desde la perspectiva de la Ciudad de México y sus particularidades.

Desafío

Dicha colaboración tuvo como propósito desarrollar un proyecto piloto cuyo objetivo general era demostrar el potencial que los niños y jóvenes de la Ciudad de México poseen como agentes de cambio, así como crear experiencias compartidas que a través del juego proporcionen a la niñez nuevas herramientas y habilidades para relacionarse con la ciudad.

Se planteó que si acercamos a niños a procesos de diseño e innovación, ellos mismos podrán tomar conciencia de la capacidad que tienen para aportar soluciones en cada uno de sus contextos inmediatos.

El desarrollo del pensamiento creativo está directamente relacionado con la libertad que tienen niños de explorar, jugar y cuestionar su entorno diariamente, especialmente dentro de sus primeros años de educación (5-14). Desafortunadamente, en México, de acuerdo con el análisis del estado mundial del juego, realizado por la International Play Association (IPA) en 2010, una de las principales transgresiones al derecho al juego es que no se considera necesario para el desarrollo de la niñez, por lo que representa una pérdida de tiempo, siendo padres y maestros los principales embajadores de la idea.

Aunado a esta situación, de acuerdo con la consulta realizada directamente a niños de la CIudad de México, éstos expresaron que la prohibición al juego es utilizada igualmente por padres y maestros como una forma de castigo.

En este marco, el desafío principal tuvo que ver con la estructura del gobierno federal en nuestro país. La Secretaría de Educación Pública (SEP) es responsable de todas las escuelas primarias del país, de manera que la Secretaría de Educación de la Ciudad de México (SEDU) tiene mínima injerencia en torno a los planes educativos de nivel primaria.

Además la inserción de una metodología lúdica que desarrolla habilidades de pensamiento crítico, de diseño, innovación y creatividad, representaría un cambio de paradigma en términos de política educativa, ya que actualmente el juego aún no se reconoce como catalizador de un mejor aprendizaje, esto se ve reflejado dentro de la reforma educativa, aprobada en 2013, donde en ninguno de sus apartados se reconoce o menciona el derecho al juego o su relación con el proceso de aprendizaje.

Propuesta

Espacios Informales de Aprendizaje propone, como su nombre lo indica, insertar una metodología lúdica para fomentar la creatividad y el pensamiento crítico en espacios urbanos no convencionales donde niños pasen tiempo fuera de la escuela y puedan ser partícipes de actividades durante una hora.

La propuesta se conforma por 13 talleres divididos en cuatro temáticas principales [3][3] La elección de estos cuatro ejes fue un ejercicio en el que todos los actores involucrados identificaron las necesidades y carencias en temas de ciudad en niños de la Ciudad de México., las cuales se consideraron relevantes para acercar a los niños a re-conocer su entorno inmediato y en el proceso, adquirir diversas habilidades para formular propuestas de mejora y/o solución de problemas.

  1. Narrativas del espacio: Busca dimensionar las diferentes escalas de la ciudad, desde el entorno inmediato y qué elementos la conforman (vecinos, historias, lugares representativos), pasando por la escala de barrio, delegación, hasta ciudad. Enfocándose en las particularidades de cada escala como simbologías, personas e hitos.
  2. Sistemas: Pretende introducir nociones de pensamiento sistémico en los niños, con el fin de entender que aun las pequeñas interacciones cumplen la misma ley de causa y efecto. Entender a una ciudad como un sistema ayuda al proceso de resolución de problemas.
  3. Resiliencia: Busca clarificar un concepto complejo a través de diferentes dinámicas que encaminan al entendimiento de la resiliencia como la capacidad de superar circunstancias adversas y la intrínseca relación con la generación de comunidad.
  4. Ciudadanía: Enfocada a conceptos y modos básicos para entender lo que significa ser un ciudadano, retomando el significado de las responsabilidades cívicas, obligaciones y derechos de los ciudadanos, con el objetivo de que ellos mismos se entiendan como sujetos de derechos.

El fin último de estos grandes temas es estimular desde temprana edad el desarrollo de las llamadas “habilidades para el siglo XXI”, las cuales serán clave en el ser humano para afrontar el futuro urbano. Éstas han sido definidas por la organización Partnership for 21st Century Skills y UNESCO en cuatro grandes rubros:

  1. Resolución de problemas. Capacidad de identificar y analizar situaciones problemáticas cuyo método de solución no resulta obvio de manera inmediata. Incluye también la disposición a involucrarse en dichas situaciones con el fin de lograr nuestro pleno potencial como ciudadanos constructivos y reflexivos. Se promueve exponiendo a los niños a problemas que les permitan explorar y poner a prueba múltiples métodos y estrategias para solucionarlos de distintas maneras, así como reflexionar sobre los patrones comunes que se pueden extraer de las distintas estrategias. Estos ejercicios metacognitivos amplían su capacidad de transferencia de estas estrategias a otros contextos.
  2. Pensamiento crítico y comunicación. Capacidad de interpretar, analizar, evaluar, hacer inferencias, explicar y clarificar significados. Está basado en el razonamiento lógico, la capacidad de trabajar con conceptos, la conciencia de las perspectivas y puntos de vista (propios y ajenos), así como el pensamiento sistémico. Requiere un desarrollo progresivo del conocimiento sobre el propio pensamiento y de las estrategias efectivas para pensar. Se promueve proporcionando oportunidades y herramientas para emitir criterios propios y tomar posturas y decisiones razonadas. Para que el diálogo sea profundo y productivo, es necesario crear un ambiente que promueva el escuchar, la búsqueda de buenas razones y el interés por las opiniones diferentes.
  3. Colaboración o trabajo en equipo. Consiste en trabajar de forma efectiva con otras personas para alcanzar un objetivo común. Implica tomar decisiones colectivas basadas en el consenso, la negociación, la crítica constructiva, apoyar y valorar los esfuerzos de los compañeros, así como plantear el desacuerdo de forma asertiva y respetuosa.Se promueve organizando trabajos en pequeños grupos que estén diseñados para favorecer la cooperación. Es necesario generar un ambiente que promueva el compromiso de unos con los otros, que se animen entre sí, compartan los desafíos y celebren mutuamente sus éxitos.
  4. Flexibilidad y adaptabilidad. Es la capacidad de recuperarse, sobreponerse y adaptarse con éxito frente a la adversidad y de desarrollar competencia social, académica y vocacional pese a estar expuesto a acontecimientos adversos, al estrés grave o simplemente a las tensiones inherentes al mundo de hoy.

En un principio se pensó en llevar a cabo los talleres en espacios públicos, escuelas de tareas, faros, centros comunitarios y culturales. En la búsqueda del lugar ideal para llevar a cabo el primer piloto del proyecto, se encontró el Centro Cultural Keren Tá, ubicado dentro de la nave principal del mercado de la Merced (Ver ficha Fase 1. Keren Tá)

La metodología lúdica fue un trabajo en conjunto con Tuline Gülgonen y Edwin Triujeque, colaboradores del proyecto, expertos en la relación de niños con la ciudad y metodologías lúdicas para el aprendizaje, respectivamente.

Teoría de Cambio

Si se inserta una metodología lúdica que fomente el pensamiento crítico, la creatividad y las finalmente las habilidades del siglo XXI, será posible que niños:

  • Incrementen su capacidad creativa, de respeto, tolerancia y confianza propia.
  • Desarrollen confianza en su capacidad para participar, hablar y actuar en favor de sus valores y los intereses de su comunidad.
  • Reconozcan la capacidad propia que poseen para detectar retos, problemas y soluciones hacia un cambio positivo de sus contextos inmediatos.
  • Se reconozcan como ciudadanos comprometidos, activos y sujetos de derechos.
  • Generen un cambio en la manera en cómo los adultos, especialmente padres y maestros, observan la relación entre juego y aprendizaje.
Resultados
  • La metodología lúdica funcionó, aunque los formatos e interacciones que detonaba no cumplieron completamente con las expectativas que se buscaban –desarrollo de pensamiento creativo y apropiación de herramientas y habilidades para relacionarse con la ciudad a través del juego– , por lo que es necesario realizar ajustes para que pueda generarse un modelo replicable.
  • El ciclo de talleres realizados en el centro cultural Keren Tá dentro del mercado de la Merced, ofreció una oportunidad invaluable en el proceso de investigación y desarrollo del proyecto.
  • El tema de la relación entre los niños y el espacio urbano es tan extenso e ignorado en el contexto de la Ciudad de México (y del país) que el Laboratorio para la Ciudad tomó la decisión de convertirlo en un eje de investigación y experimentación a largo plazo: Ciudad Lúdica busca generar un cambio en las experiencias urbanas de los ciudadanos, es decir, la manera en la que viven la ciudad día con día. Impulsa la perspectiva infantil como un factor central en el desarrollo y planeación de las ciudades, explora posibilidades para impulsar al juego en materia de educación, y provoca intervenciones lúdicas en espacios públicos que promuevan la cohesión comunitaria y la revitalización urbana.

Numeralia

  • 1 acuerdo internacional
  • 1 proyecto piloto: metodología lúdica
  • 14 talleres piloto
  • 2 colaboradores locales
  • 1 nueva área de investigación y experimentación: Ciudad Lúdica
Aprendizajes

  • Los talleres, por su naturaleza, se asemejan a la figura institucional de la escuela, no a la figura lúdica y creativa que se buscaba en un inicio. Si el proyecto busca reflexionar en torno a conceptos urbanos y de construcción de ciudad a través de herramientas lúdicas, entonces los talleres no son el medio adecuado para lograr el fin último del proyecto.
  • El pensamiento crítico y la creatividad forman parte del conjunto de habilidades para el siglo XXI [4][4] El marco de trabajo para el aprendizaje del siglo XXI fue desarrollado por maestros, expertos en educación y líderes empresariales, sus principales ejes de acción son las habilidades, el conocimiento y las experiencias a las que deben estar expuestos los niños de hoy para tener éxito en la vida y el trabajo del siglo XXI. Ver más en: http://www.p21.org/about-us/p21-framework, es decir, aquellas habilidades que necesitarán las futuras generaciones para hacer frente a entornos de vida y trabajo cada vez más complejos. El desarrollo de estas competencias debe formar el día a día de la niñez, especialmente en la primera y segunda infancia. La manera más natural de desarrollarlas es a través del juego:

“Al igual que una dieta saludable equilibra proteínas, grasas, carbohidratos y otros nutrientes, una “dieta de juego” equilibrada debe incluir una mezcla de todo tipo de juego, ya que cada uno otorga diferentes beneficios. Por ejemplo, el modelado en plastilina, la construcción con bloques y la simulación/interpretación de profesiones despiertan la imaginación y enseñan resolución de problemas. Correr, saltar y trepar activa las piernas y bombea sangre al corazón. Y explorar espacios públicos de juego con familiares, o jugar a las escondidas enseña a trabajar juntos, colaborar y compartir [5][5] (2018) Play Matters. Washington, DC: Kaboom! https://kaboom.org/play_matters.

  • El objetivo propuesto –en colaboración con Metrópolis– para la segunda etapa del proyecto fue “prototipar soluciones a problemas urbanos en la Ciudad de México, así como en varios entornos urbanos”. Considerando que la relación que los niños tejen con el espacio urbano es compleja y diversa, y de acuerdo con las observaciones realizadas para una investigación paralela que analiza el estado actual de los espacios públicos de juego en la Ciudad de México, se han determinado dos tipos de experiencias urbanas:
    • Niños que pasan todo el día en el espacio público, ya sea porque trabajan en el lugar, y/o porque acompañan a sus padres que trabajan ahí.
    • Niños de clase media/alta que sólo experimentan el entorno urbano como un espacio de tránsito, generalmente a bordo del automóvil que los traslada de un punto de la ciudad a otro.

Por lo tanto, prototipar soluciones a problemas urbanos con los niños resulta complicado si no entendemos primero el contexto y comunidad a la que pertenecen.