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El reencuentro de 10 cracks maristas

El equipo de Maristas que el 31 de mayo de 1969 pegó a los ourensanos al televisor para ver cómo ganaban la final de "Cesta y puntos"; el famoso autobús y la final en Madrid.
photo_camera El equipo de Maristas que el 31 de mayo de 1969 pegó a los ourensanos al televisor para ver cómo ganaban la final de "Cesta y puntos"; el famoso autobús y la final en Madrid.

Se cumplen 50 años de la final del concurso televisivo "Cesta y Puntos" en el que un grupo de adolescentes ourensanos consiguió movilizar a toda la ciudad. Aquel show cultural fue el inicio de carreras brillantes y una amistad que perdura. 

¿Para qué quiere un chaval un autobús? Manuel de León lo sabría años después de ganarlo aquel 31 de mayo de 1969 en el que se erigió como ídolo local, con sus compañeros de Maristas. El parque de atracciones de Madrid se llenaba para la final de "Cesta y Puntos", un concurso cultural en el que participaban estudiantes de bachillerato de toda España y que emulaba las reglas de un partido de baloncesto. Dos delanteros, dos defensas, un pívot y tres reservas respondían a las preguntas de los jueces. Aquello fue mucho. Una hinchada de ourensanos les siguió hasta Madrid, mientras la ciudad se pegaba al televisor. El 115-113 de los de Maristas contra los del San Antonio María Claret de Las Palmas fue el principio del éxtasis. Fueron (son) Jorge Luis Velasco, Francisco Javier Cobo, Esteban Solleiro, José Manuel Abelairas, José Julio Pérez Fontán, Manuel de León, José Manuel Prada, Alfonso de Sas, Fernando Sousa y Pascual Agulló. El hermano Mauro Mangas, que ahora tiene 92 años, les preparó para el inicio de una carrera brillante que quizás comenzó a gestarse hace justo 50 años.

La amistad continúa tras el medio siglo en el grupo de adolescentes que en su día recibió la ciudad con un recién estrenado pabellón de Os Remedios a rebosar. Protagonizaron un saque de honor en O Couto. Se les compuso una marcha en su honor: "Orense campeón" y media ciudad subió al alto del Cumial para acompañar al autobús de los vencedores. Aquí llegaron corresponsales de la prensa madrileña y canaria para cubrir el evento. Porque también vinieron los perdedores, que no lo fueron tanto. La competitividad se transformó en amistad y Ourense aplaudió también a los del San Antonio María Claret de Las Palmas. Aquellos niños de 15 años que se convirtieron en héroes para la ciudad por su dominio cultural volverán a juntarse este año, quizás en octubre, cuando las apretadas agendas lo permitan.

"Fue muy emocionante pero la vuelta fue como si hubiera ganado Ourense la Liga", recuerda Manuel de León, ahora catedrático de Matemáticas e investigador del CSIC. De su amigo y compañero marista José Abelairas dice: "En el hospital de La Paz aún lo echan de menos". Así es. Abelairas fue jefe de Oftalmología Infantil de este hospital madrileño. Los padres de los niños que acudían a su consulta se movilizaron por él, llamándole eminencia, para que se quedase. Ahora está jubilado. "Lo que más recuerdo eran los interminables viajes a Madrid. Si nos descuidábamos hacíamos noche en Benavente", explica el doctor. "Imagínate qué era para unos chavales de 15 años pegarse un viaje de un mes por Europa. Nos invitaron a muchos sitios. Aquello fue espectacular", recuerda Abelairas.

Una eminencia de la pediatría en Texas, un coordinador internacional del CSIC, un visionario de las telecomunicaciones o un abogado en Lima es en lo que se convirtieron alguno de aquellos chavales que la ciudad aclamó hace 50 años. Una gesta irrepetible que les llenó de premios con los que jamás soñarían. Como un autobús. "Prada y yo lo usamos muchísimo años después. Era el que nos llevaba desde el colegio Xelmírez a la Universidad en Santiago", anota Manuel de León. Casualidades. 


Las fotos y los premios, en una exposición


El colegio Maristas hace un homenaje a la participación de estos antiguos alumnos en "Cesta y Puntos". A la entrada del centro está colocada una exposición con fotografías y recortes de la época, además de los premios que ganaron el grupo de participantes. "Aquello fue espectacular. Padres y abuelos aún lo recuerdan", dice el director, Fernando Ampudia. 

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