El vino más caro del mundo es "made in" La Mancha
Hilario García, propietario de la bodega entrega cada botella en mano. Pero hay más: una joya dentro y meses y meses de maduración en barrica.
Es fruto de la piramidología y la ozonoterapia y no se avinagra y vale 17000 €.
Se produce en Cuenca, y de su serie Aurum Red Oro, que cuesta 17.000 €, solo se elaboran 300 botellas al año. ¿Por qué? Aquí se lo contamos.
El vino más caro del mundo se produce en Las Pedroñeras (Cuenca), localidad conocida por ser la "capital del ajo", un pequeño rincón situado en plena llanura manchega donde, en palabras de sus responsables, no se pueden producir más uvas si se quieren mantener los altísimos estándares de calidad de esta delicatessen. Todos los viñedos crecen sin ningún tipo de productos químicos, y su calidad sólo se consigue en unas cuantas hectáreas de terreno, las que reúnen las condiciones climatológicas y físicas adecuadas para dar lugar a este oro granate, cuyo precio pagan sin pestañear jeques árabes y asiáticos multimillonarios de todo el planeta. De hecho, la finca cuenta únicamente con 3.500 cepas de tempranillo o cencibel, cabernet sauvignon y sauvignon blanc.
Hay que remontarse a 1950, cuando los abuelos de Hilario García elaboraban vino en unos envases llamados arrobas, en los que cabían 16 litros. Era un vino destinado al consumo nacional (apenas se exportaba). Luego llegó el año 1990, se modernizó la bodega pero manteniendo la tradición a la hora de producir el vino (y se incorpora el roble francés para la fermentación y reposo del mismo).
El señor Hilario García, investigador en medicina, mezcla entre empresario y hombre de campo, controla personalmente, a diario, que cada viñedo sólo produzca una cantidad determinada de uvas (no se permite que crezcan más, para lograr el perfecto equilibrio del vino). De cada parra cuelgan únicamente dos o tres racimos con un kilo de uvas seleccionadas por Hilario desde el mes de abril.
En la entrada de la finca de Hilario García hay una cascada de agua con forma de pirámide rodeada por un estanque. No es decoración. De ella emana el agua con la que este manchego riega las viñas. Este es uno de los secretos del éxito de este producto, el agua con la que se riegan los viñedos contiene ozono. Las cualidades del ozono en el vino son, por ejemplo, que una vez descorchado no se avinagra pasados los años. "Hasta cuatro años hemos comprobado que puede estar abierto", asegura Hilario. Y es aquí donde encontramos la historia de superación que aporta literatura a este vino: Hilario García superó una estenosis del canal de la médula que le dejó paralizado con un tratamiento a base de ozono que el doctor Ángel Portela realizaba en la Clínica Ruber de Madrid. La ozonoterapia, estudio importado de Italia, consiste en inyectar una mezcla de oxígeno y ozono directamente en la médula. El tratamiento parece que funcionó, sin ser un milagro, e Hilario volvió a caminar.
Tal fue su curiosidad por los métodos que le devolvieron la "vida" que comenzó a estudiarlos y aprenderlos de la mano del doctor Portela. Hasta que en 2009 decidió dar un salto más atrevido: utilizar el ozono en en los viñedos situados en el conocido como paraje del Cuervo, de 124 años, herencia de la familia de su mujer, para tratar de conseguir vinos sanos y equilibrados. ¡Eureka!
Según García y su equipo de investigación, el agua ozonizada aplicada a los viñedos evita que se generen hongos en la raíz y garantiza la salud de la planta. Hay mas secretos, entre ellos el riguroso control de la entrada de contaminantes en bodega, cuyo acceso está limitado a una sola persona a la zona de envejecimiento. Pero hay mucho más y pese a que han sido muchos quienes han tratado de sonsacar al señor García todos los secretos de su joya Aurum Red, que se envejece durante 24 meses en barricas de roble de alta calidad, éste se muestra reacio a enseñar todas sus cartas. De hecho, la descripción que se hace de la bebida espirituosa en su propia página web es un cúmulo de misterio: "El vino no duerme durante el periodo de maduración, forma conceptos de vida que después debe transmitir al consumidor. Estos conceptos han sido transmitidos al vino con un método revolucionario y único inventado por el creador de Aurum Red". Un hombre, Hilario García, que durante los años que investigó para curarse a sí mismo aprendió cosas sobre los campos magnéticos de la tierra y su efectos, las cargas geopáticas y el PH de los terrenos.
La ciencia de la piramidología la aprendió con el cubano Ulises Sosas Salina, en Camagüey (Cuba). Hilario sostiene que "la energía piramidal" contribuye a que su vino Aurum Red sea "único". Según indica, girando la copa hacia la derecha tiene unos aromas y sabores y hacia la izquierda otros distintos, aunque aconseja los aromas y sabores girando hacia la derecha (dirección agujas del reloj). La clave está, según explica, más relacionada con lo que activa el movimiento en el caldo que en el giro mismo.
Entra en juego, también el diseño de la botella, introduciendo en la caja una joya de los carpines (de plata o de oro, según la serie), realizada por los joyeros de Prototecnia y numerando cada ejemplar. Los asiáticos están fascinados tanto con su brebaje como con la botella diseñada por Hilario basándose en las medidas ideales que utilizaba Miguel Ángel en todos sus cuadros y esculturas. El diseño está firmado por Triguero Estudios, las fabrican en Italia y son imposible de falsificar, dice el propietario de la patente. Del Aurum Red Serie Oro solo se producen 300 botellas al año de la variedad tempranillo de cepas de más de 100 años. La serie plata (12.000 euros) es de 6.000 botellas al año. Y del vino blanco salen al mercado 3.000 unidades de la variedad sauvignon blanc.
Al producir únicamente un barril (300 botellas) de caldo al año de este Aurum Red, la propia bodega las distribuye directamente sin necesidad de intermediarios. De hecho, el Aurum Red Serie Oro se puede comprar en pocos lugares del planeta (en Madrid, Alicante, California y China) y en algunos restaurantes muy exclusivos de España y Las Vegas, menos de una decena en total. Vende, al parecer, únicamente 150 a compradores con "nombres y apellidos".
Dicen los afortunados que han tenido la suerte de catarlo que este vino presenta un fenómeno curioso, y es que las notas cambian en función de hacia dónde se gire la copa: "Hacia la izquierda aromas tostados y sutiles, cacao, frutas rojas maduras... y hacia la derecha pan de higos, brevas, notas especiadas...".
Pero no es este el único vino que posee esta pequeña bodega pedroñera, la cual, curiosamente, tiene un blanco del que se producen unas 3.000 botellas anuales que se vende a 15 €, un sauvignon blanc monovarietal que ha logrado muy buenas críticas. Cuenta, además, con el llamado Aurum Red Gold, que se elabora con cencibel y se vende a 6.000 €, mientras que el merlot Aurum Red Silver tiene un precio de 450 € cada unidad.
Más exclusivo no se puede ser.
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